Lo que has perdido, es parte esencial de ti

Debo ser sincero. A veces tengo un sentimiento de culpa.

Hace unos años mi tercer hijo nació en un estado prematuro, y lamentablemente partió a un viaje celestial 19 horas después. Ese lapso ha sido el más intenso y confuso de mi vida. Los días y semanas que siguieron, han sido los más tristes en nuestro matrimonio. Incluso meses después, mi esposa amanecía llorando. Yo todavía siento ese apretón de garganta cuando pienso en él: Thiago.

Aún extraño a mi hijo.  Aunque nunca pude verlo crecer, quedaron en mí una serie de memorias. No son de momentos. Son de sentimientos. No son de mi bebé dando sus primeros pasos. Son del amor que creció exponencialmente desde el día que supimos que venía en camino hasta el momento que lo teníamos en nuestros brazos y su diminuto pero gigante corazón dejó de latir. Es más, es un amor muy difícil de describir, aunque fácil de sentir, y que hoy de una forma mística aún continúa creciendo.

Siempre tendremos ese vacío en el corazón.  Nunca nada tapará ese agujero que cuando sopla el viento sentimos un escalofrío y fuerte ardor desde las orillas hacia adentro. Pero debo reconocer que, a partir de esos momentos de dolor y duelo, mi vida experimentó una rebelión intensa. Positivamente.  Me volví más vulnerable y elevé la consciencia de mis sentimientos; me volví más agradecido y sensible ante la vida. Pasé por un periodo de reflexión que me llevó a ser un mejor esposo, padre, hijo y amigo, y posiblemente, un mejor líder. En síntesis, hoy soy más feliz y recién descubrí mi propósito de vida: contagiar felicidad. La transformación integral no fue inmediata. Fue de cocción lenta.  No hubo un punto de inflexión sino todo sucedió sin que me diera cuenta hasta muchos meses e incluso, años después.

Sin embargo, hace poco me comenzó a invadir un sentimiento de culpa.  ¿Es normal que, a partir de la perdida de mi hijo, yo haya experimentado crecimiento personal? ¿Esto me hace una mala persona? ¿Cómo me explico que nuestra pérdida calibró el norte de mi vida? Aunque con un poco de niebla en el camino, poco a poco entendí qué era lo que me estaba sucediendo.

Tras una pérdida de cualquier naturaleza, todos pasamos por un período de duelo. Es un sendero que cada uno transita de forma diferente, sin fórmula. Para el dolor, no existe un algoritmo.  Pero sí existe un variable: el tiempo.  Dándonos ese espacio de duelo que todos necesitamos, poco a poco esa profunda tristeza se convertirá en nostalgia.  Esto sucede gracias al amor y las memorias [o sentimientos] que el ser querido nos dejó.  Y es precisamente el amor, el que eventualmente convierte a la nostalgia en sentido y propósito.  Para ser mejor personas.  Para vivir de forma más plena la vida.  Para recordar con orgullo todo aquello que el ser querido nos dejó.  Momentos perfectos, enseñanzas, ejemplos, valores, pasión.  De forma indirecta, a esto se refiere la escena de la película “Belleza Colateral” protagonizada por Will Smith, en donde una mamá explica cómo la pérdida de su pequeña hija profundizó sus sentimientos y conexión con la vida.

Fue así como llegué a esta reflexión personal:

Somos lo que hacemos

Somos lo que creemos

Somos lo que amamos

… pero también somos lo que hemos perdido

Te invito a que hoy honres el legado de esa gran persona [o pequeño bebé] que ya no está en tu vida.  Que su legado trascienda, y que por siempre se multiplique el amor.

Debo ser sincero. Aún duele. También, a veces tengo un sentimiento de culpa. Pero debo aceptar con madurez la misión de mi ángel guardián, y emprender con la frente en alto ese crecimiento personal que él me regaló. El no hacerlo, sería interrumpir la trascendencia de un legado: el legado de Thiago.

Lo que has perdido, quieras o no, es parte esencial de ti.

Escrito por

Director de negocios, autor y profesor. Esposo, padre de familia, y explorador de gratitud.

2 comentarios sobre “Lo que has perdido, es parte esencial de ti

  1. Creo q esa «culpa» es parte de VIVIR, porque dìa a dìa se encuentran màs cosas porquè seguir feliz, y ver las cosas buenas y lindas que se dan a Nuestro alrededor. El recordar a esos Seres queridos que se han ido, crea muchos sentimientos, a veces conflictivos, pero hay que continuar, por los que quedan, por los que se ama.
    Cariños

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