A menudo me hago la pregunta, ¿soy un buen papá? Es una pregunta amplia, ambigua, compleja.
Generalmente, en días laborales, regreso tarde a la casa cuando mis hijos, que aún están pequeños, ya están cansados y a punto de dormir. A veces vemos televisión juntos un rato, rezamos y les pregunto por su agradecimiento del día, pero la mayoría de las veces, su cansancio (o el mío) nos impide cosechar esos espacios de conexión. Además, durante el fin de semana, dedico una parte importante de mi tiempo libre a hacer “mis cosas”. Mis proyectos personales. ¿Me hace esto un mal papá o una figura paternal distante?
Hagamos una pausa por un momento; pronto regresaremos a la pregunta.
Para hablar con tus hijos, y que verdaderamente les penetren tus mensajes y lecciones, debes hacerlo en su idioma, con sus códigos. Es así como el lenguaje universal para enseñarles es el ejemplo. Qué haces y cómo lo haces. Incluso cómo piensas y cómo reaccionas ante cualquier situación de la vida. Aunque no lo hables con ellos, aunque creas que no te están viendo, se dan cuenta. Inconsciente pero plenamente. Porque lo que más aprenden de ti, son aquellas pequeñas y sencillas acciones y decisiones, que a veces ni tu mismo estás muy consciente de ellas, pero que las repites con frecuencia. Y resulta que la consistencia es mejor maestra que la intensidad, tanto en lo positivo como en lo negativo.
Todas esas decisiones, son producto de nuestros hábitos, disciplina y valores, como lo es la laboriosidad, la integridad o la excelencia. Todo lo anterior es importante, pero si debemos escoger un ejemplo angular, sin duda alguna, las palmas se la llevan los hábitos. Aquellas pequeñas y sencillas acciones, decisiones o actitudes que a menudo tomamos en modo de piloto automático.
Tus hábitos son parte fundamental de tu identidad; su práctica diaria es la que forja tus virtudes y consecuentemente forman tu carácter y personalidad. Como dijo Aristóteles: “Somos lo que hacemos repetidamente”. Por lo tanto, ¡somos nuestros hábitos!
La mejor forma para impulsar a tus hijos a que tengan buenos hábitos es teniendo tu mismo esas rutinas positivas y saludables. Que sean en ti una prioridad y un estilo de vida, y no simplemente una opción.
Es así como tus hábitos constituyen el código universal de comunicación con tus hijos, son el código del lenguaje del ejemplo, para darles todo tipo de lecciones de vida:
- Cultivando el optimismo
- Desarrollando resiliencia y actitud positiva ante el desafío
- Forjando los valores de tu familia
- Enseñando lo que es la abundancia mediante la gratitud
- Impulsando la excelencia a base de la disciplina
- Manteniendo un hambre feroz por aprender
- Respetando a tu esposa, padres y hermanos; a todo ser humano
- Mostrando la trascendencia del amor
- Ayudando a entender lo que es la verdadera felicidad
Y entonces, volviendo a la pregunta: ¿Soy un buen papá?
La respuesta puede ser tan distinta como quien la esté respondiendo, y debemos tener cuidado cuando somos juez y parte. A menudo tengo un gran sentimiento de culpa. Sé que debo hacer un mejor esfuerzo por llegar más temprano a casa, estar más presente, dejar mi celular a un lado y tirarme más seguido al suelo a jugar carritos y muñecas con mis dos campeones y mi princesa. O sentarme con más frecuencia a ayudar con la tarea. No puedo ser solamente un papá de fin de semana, ni pretender que seré una buena figura paternal llevando a mis hijos camping o de aventura de vez en cuando. Pero también sé que debo continuar amando a mis hijos con todo mi corazón, haciéndolo verbal y mostrando el afecto en físico, pero ante todo poniendo toda mi energía en brindarles herramientas para que entiendan a su ritmo lo que es el amor, la felicidad perdurable, y una vida plena. Y eso lo continuaré haciendo con el lenguaje universal.
¿Soy un buen padre? No lo sé y no me corresponde a mi responderlo. Serán mis hijos, cuando tengan hijos, quienes responderán esa pregunta. Será cuando les críen y los vean crecer.
Y tú, ¿eres un buen papá?
Imagen: Pixabay/ljcor
Lupo, no podemos esperar al fin de semana para ser felices y estar contentos, hay que disfrutar cada lunes, cada martes, cada día. Lo mismo con los niños, cada día tenemos que poder pasar quality time con ellos, conectar con ellos. No hay excusa.
Por otro lado creo que también hay que inculcarles el respeto por el resto de animales.
Como siempre motivador. Si se pudiera retroceder los años … y haber podido cambiar tantas cosas en la relación con mis hijos …. te felicito por lo q estás viviendo ❤️
Buenísima pregunta para cuestionarnos, como siempre me gusto el artículo. Te dejo mi pensar. La verdad que no es fácil ser padre y/ o madre. Como un buen padre y/o madre es importante nunca estar demasiado ocupado, es difícil y duro en estos tiempos, pero no imposible, y algo que a mi en lo personal me parece es dar un tiempo para todos juntos… pero es muy importante un tiempo para cada uno, cada uno es una personalidad distinta y es de valor agregado en mi opinión. Mi hija pequeña aun 6 años mas o menos … me dijo un dia…hoy toca hablar de mujer a mujer…pues son dos hermanos y ella. Siempre he pensado que debemos vivir de tal manera que cuando nuestros hijos escuchen o piensen en cariño, amor, respeto, integridad, justicia piensen en su padre o madre! Un abrazo!!
Gracias Marni por leer el artículo y por compartir su linda reflexión, la cual comparto! Me alegra que le gustó el artículo!
Gracias Maige!