Un hábito angular es aquel que, media vez establecido en tu vida, desencadena otra serie de hábitos positivos o beneficios colaterales. Hacer ejercicio es un típico hábito angular. Sígueme en el siguiente ejemplo:
Has decidido inscribirte a una media maratón y estás determinado en cumplir con tu objetivo. Comienzas a correr y ejercitar 4 o 5 veces por semana, y al cabo de un mes, has convertido el ejercicio en un hábito. Independientemente de tu meta de correr una media maratón, el hábito ya ha reprogramado tu piloto automático, y el ejercicio ha comenzado a ser parte de ti. Creces tu círculo de amistades ya que compartes con otros corredores tiempo y rituales de entrenamiento. Poco a poco, comienzas a cuidar más lo que comes, y además, como haces más ejercicio, por las noches duermes mejor. Los viernes o sábados, sabes que al día siguiente debes de levantarte temprano a «correr tu fondo» por lo cual disminuyes o eliminas el consumo de bebidas alcohólicas. Al pasar de unos meses, ya son varios hábitos y beneficios los que están engranados en tu forma de ser y vivir. Corriste y terminaste la media maratón. Tienes más amigos. Te volviste más disciplinado, tu salud integral mejoró, y se desarrolló tu motor inspiracional para ponerte metas más altas y retadoras. Ahora te inscribiste para una maratón completa: tu siguiente desafío. Ya eres un corredor. Se ha vuelto parte de tu identidad.
A continuación otros ejemplos de hábitos angulares:
- Leer: Si lees todos los días, te inspiras y amplías tus horizontes. Cuando estas inspirado, crece tu capacidad de inspirar a los demás. Mediante la lectura te vuelves más curioso, buscas más fuentes de aprendizaje y tienes más temas de conversación para establecer conexiones humanas más profundas. Cuando lees más, ves menos televisión y redes sociales, y eres más sensible con el uso de tu tiempo. Libro recomendado para desarrollar el hábito de leer: The Miracle Morning, por Hal Elrod.
- Practicar la gratitud: Cuando practicas la gratitud (por ejemplo, con un diario) cambias los lentes con los cuales ves todo lo que te sucede. Te vuelves más optimista, ya que aprendes a reconocer lo bueno que hay en las cosas, y encuentras oportunidad de crecimiento en todo lo que te sucede. Crece tu espiritualidad y abres más tus ojos y tu corazón a la vida. Te enfocas más en todo lo que ya tienes, y no en lo que te hace falta. Es así como descubres la abundancia, y elevas el potencial de tu felicidad. Libro recomendado para desarrollar el hábito de la gratitud: El legado de Thiago, por Luis Pedro Recinos (advertencia: ¡soy yo!).
- Meditar: Cuando meditas, te estás dedicando espacio para apagar el ruido interior, y te estas dando a ti mismo el especial regalo del silencio. La meditación desarrolla tu capacidad de «estar presente en el momento» y dicha conciencia te hace apreciar más tus experiencias y ser más sensible a la vida. Si te propones meditar como primera acción durante la mañana (antes de dosificar tu amanecer con noticias y redes sociales) arrancarás el día más fresco y energizado, y posiblemente de mejor humor. Libro recomendado para desarrollar el habito de la meditación: Mindfulness, por Mark Williams.
- Dormir bien: Desarrollar un buen hábito de sueño trae beneficios más allá del descanso en sí. El tener un buen sueño no solo te ayuda a descansar y recuperarte físicamente, sino también te permite reprogramar tu estado psicológico y emocional; te ayuda a compilar, clasificar y almacenar tus ideas, así como tu aprendizaje. Cuando duermes bien, estás en un mejor estado de anímo. Eres más positivo, y consecuentemente eres más agradable en tu contexto. Mejora tu salud. Mejoran tus relaciones en casa y en el trabajo. Libro recomendado para desarrollar el hábito de sueño: Why We Sleep, por Matthew Walker.
- Escribir: Cuando escribes, organizas tus ideas, y las haces más profundas. Te vuelves más influyente, y conectas más con las personas; profundizas tu inspiración, te conoces más, y por lo tanto tienes una mejor base para mejorar en todo sentido. Además, escribir tiene un efecto terapéutico: te ayuda a potenciar las emociones positivas, y asimismo, te ayuda a regular ó disolver aquellas negativas para no quedarte atrapado en ellas. Te vuelves más intelectual. Te vuelves tu propio profesor y mentor, y tienes mejores bases para serlo para los demás. Libro recomendado para desarrollar el hábito de escribir: The War of Art, por Steven Pressfield.
Los hábitos cambian tu chip, neutralizan el dolor de la disciplina y lo tornan en un impulso positivo e inspirador. Lo convierten en «flow». Habilitan el piloto automático en algún aspecto de tu vida, que mediante la consistencia y cadencia diaria, poco a poco detona un progreso exponencial. Y cuando el hábito que desarrollas es un hábito angular, se activa un efecto dominó de beneficios en múltiples dimensiones de tu vida, quizá algunos que nunca te imaginaste que podrías alcanzar. Un hábito, tan sólo uno, por tan pequeño y sencillo que sea, puede desencadenar tu propósito, habilitar tus sueños, o transformar tu vida.
¿Cuál será tu hábito angular? Empréndelo con pasión y vuélvelo parte de tu identidad. Comienza poco a poco. Recuerda que cuando se trata de resultados sostenibles en el largo plazo, la consistencia es mejor maestra que la intensidad.
Soy Luis Pedro Recinos, optimista, explorador de gratitud y autor de El legado de Thiago: Una travesía de 365 días de gratitud. Sígueme en las redes:
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Felicidades Luis Pedro, excelente artículo y excelentes recomendaciones de libros para leer. Como le comenté estoy próximo a finalizar mi 6to libro leído del años gracias a su inspiración